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Nuestra maldad no se sobrepondrá a la inefable bondad y misericordia de Dios; nuestra torpeza no se sobrepondrá a la sabiduría de Dios, ni nuestra debilidad a la omnipotencia de Dios.
Nuestra maldad no se sobrepondrá a la inefable bondad y misericordia de Dios; nuestra torpeza no se sobrepondrá a la sabiduría de Dios, ni nuestra debilidad a la omnipotencia de Dios.