-
Hay mucho que hacer, hay mucho que se puede hacer... Una persona íntegra puede marcar la diferencia, una diferencia de vida o muerte. Mientras un disidente esté en prisión, nuestra libertad no será verdadera. Mientras un niño pase hambre, nuestras vidas estarán llenas de angustia y vergüenza. Lo que todas estas víctimas necesitan por encima de todo es saber que no están solas; que no nos olvidamos de ellas, que cuando sus voces sean sofocadas les prestaremos las nuestras, que mientras su libertad dependa de la nuestra, la calidad de nuestra libertad dependerá de la suya.