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Es mucho mejor que admitiéramos que mil demonios anduvieran sueltos a que permitiéramos que un impostor y monstruo como Moisés, Josué, Samuel y los profetas de la Biblia vinieran con la pretendida palabra de Dios y tuvieran crédito entre nosotros.
Es mucho mejor que admitiéramos que mil demonios anduvieran sueltos a que permitiéramos que un impostor y monstruo como Moisés, Josué, Samuel y los profetas de la Biblia vinieran con la pretendida palabra de Dios y tuvieran crédito entre nosotros.