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  • Es la voluntad de Dios y de la Naturaleza que estos cuerpos mortales sean dejados a un lado, cuando el alma va a entrar en la vida real; es más bien un estado embrionario, una preparación para vivir; un hombre no nace completamente hasta que está muerto: ¿Por qué, pues, hemos de afligirnos de que nazca un nuevo niño entre los inmortales?

    Benjamin Franklin (2007). “The Autobiography of Benjamin Franklin: 1706-1757”, p.391, Regnery Publishing
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