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Agradece la alegría de vivir. Alégrate por el privilegio del trabajo. Agradece la oportunidad de dar y servir. El buen trabajo es el gran forjador del carácter, el endulzador de la vida, el hacedor del destino. Deja que el espíritu de tu trabajo sea el correcto, y aunque tu tarea sea grande o pequeña, tendrás la satisfacción de saber que vale la pena.