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  • La Navidad nos recuerda que no estamos solos. No somos átomos inconexos, rebotando y rebotando entre alienígenas, sino que formamos parte de algo que nos sostiene y nos sostiene. Mientras nos afanamos con las listas de la compra y las invitaciones, agravadas por el mal tiempo de diciembre, es bueno que nos recuerden que hay personas en nuestras vidas que merecen este agravio, y personas para las que nosotros valemos lo mismo. La Navidad nos muestra los lazos que nos unen, hilos de amor y cariño, tejidos de la forma más sencilla y fuerte en el seno de la familia.