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Nuestro yo cotidiano es una construcción estrecha... Nuestro yo total es mucho más amplio y, en última instancia, infinito. Los actores que parecen estar interpretándose a sí mismos en realidad están interpretando papeles en los que se han vuelto tan hábiles que parecen puros y naturales... Gran parte de la mala interpretación es el resultado de estar demasiado cerca del yo cotidiano del actor, confinándolo en su molde rígido.