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  • Sólo hay una forma de sobrevivir a los primeros sinsabores de este negocio. Hay que tener sentido del humor. Y creo que también ayuda si eres un soñador. Yo tenía mis sueños. Y eso es algo que nadie te puede quitar. No cuestan nada y pueden ser tan reales como tú quieras hacerlos. Tus sueños son tuyos y no tienen precio. He sido empleado de lavabo, acomodador de teatro, mendigo, todo de verdad. Ahora, como actor, puedo ser periodista hoy y neurocirujano mañana. De eso están hechos mis sueños.