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  • Comienza a regocijarte en el Señor, y tus huesos florecerán como una hierba, y tus mejillas resplandecerán con la flor de la salud y la frescura. La preocupación, el miedo, la desconfianza, el cuidado, ¡todos son venenosos! La alegría es bálsamo y curación, y si te alegras, Dios te dará poder.

    A. B. Simpson (1984). “Days of Heaven on Earth: A Daily Devotional to Comfort and Inspire”, Moody Publishers