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Mis momentos de silencio ante Dios son ahora muy importantes para mí. Dejo todo lo demás, todas las palabras, y estoy con el Señor. Cuando estoy en silencio, la vida cae en perspectiva para mí. Tengo una mente muy activa y me preocupo mucho, pero en esos momentos en los que decido dejar todo eso a un lado, descanso junto al Pastor en lugares tranquilos. ¿Por qué no te haces un regalo hoy? Apaga la televisión o el equipo de música del coche, deja el periódico o el plan de negocios y, en la quietud, descansa un rato junto al Pastor de tu alma.