Autores:
  • La ley de dar y recibir es fundamental, y se refiere tanto a Dios como a nosotros. Cuando atravesamos la puerta para darnos a Dios en la adoración, descubrimos que Dios atraviesa esa misma puerta y se da a sí mismo a nosotros. La insistencia de Dios en que le adoremos no es en realidad una exigencia, sino una oferta, una oferta de compartirse con nosotros. Cuando Dios nos pide que le adoremos, nos está pidiendo que satisfagamos su anhelo más profundo, que es su deseo apasionado de entregarse a nosotros. Es lo que Martin Luther llamó "el intercambio gozoso".

    Selwyn Hughes (1997). “Every Day Light: Daily Inspirations from Selwyn Hughes and Thomas Kinkade”, B & H Publishing Group