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Un ojo puede amenazar como un arma cargada y encañonada, o puede insultar como un siseo o una patada; o, en su estado de ánimo alterado, mediante rayos de bondad, puede hacer que el corazón baile de alegría. ... Una de las cosas más maravillosas de la naturaleza es la mirada; trasciende el habla; es el símbolo corporal de la identidad.