-
Siempre he tenido un sentido de la justicia muy desarrollado. De niño, rotaba los vestidos de mis muñecas por miedo a que cobraran vida a medianoche y una de ellas llevara siempre el mejor vestido. Supongo que lo que me hacía preocuparme por mis muñecas ha dado sus frutos en mi carrera porque, en realidad, un actor se basa en la empatía y la imaginación. Y esas son las piedras angulares del activismo.