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No hay palabra en la lengua que venere más que "profesor". Mi corazón canta cuando un niño se refiere a mí como su maestro, y siempre lo ha hecho. Me he honrado a mí mismo y a toda la familia del hombre convirtiéndome en profesor.
No hay palabra en la lengua que venere más que "profesor". Mi corazón canta cuando un niño se refiere a mí como su maestro, y siempre lo ha hecho. Me he honrado a mí mismo y a toda la familia del hombre convirtiéndome en profesor.