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El hombre que siembra pensamientos y actos erróneos y reza para que Dios lo bendiga se encuentra en la posición del agricultor que, habiendo sembrado cizaña, pide a Dios que le produzca una cosecha de trigo.
El hombre que siembra pensamientos y actos erróneos y reza para que Dios lo bendiga se encuentra en la posición del agricultor que, habiendo sembrado cizaña, pide a Dios que le produzca una cosecha de trigo.