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En todo hombre y en todo animal, por débil o malvado, grande o pequeño que sea, reside la misma alma omnipresente y omnisciente. La diferencia no está en el alma, sino en la manifestación. Entre el animal más pequeño y yo, la diferencia está sólo en la manifestación, pero como principio él es igual que yo, es mi hermano, tiene la misma alma que yo. Este es el mayor principio que la India ha predicado.