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Creo que un hombre nace primero para sí mismo, para el feliz desarrollo de sí mismo, mientras el mundo es una guardería, y las cosas bonitas han de ser arrebatadas, y las cosas agradables saboreadas; algunas personas parecen existir así hasta el final. Pero la mayoría nacen de nuevo al entrar en la edad viril; entonces nacen a la humanidad, a la conciencia de todas las risas, y al murmullo incesante de dolor y pena que proviene de las terribles multitudes de hermanos.