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No encuentro ningún cambio de consecuencias en las personas adultas, no echo de menos a los muertos. No me sorprende oír que tal o cual amigo murió en tal o cual momento, porque esperaba plenamente ese tipo de noticias. Pero, de alguna manera, no había hecho ningún cálculo sobre los bebés. Nunca se me ocurrió que los niños crecen... Estos cambios inesperados, de la infancia a la juventud, y de la juventud a la madurez, son con mucho las cosas más sorprendentes que me encuentro.