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Si querer ganar es un defecto, como parecen insistir algunos de mis críticos, entonces me declaro culpable. Me gusta ganar. No conozco otro camino. Lo llevo en la sangre.
Si querer ganar es un defecto, como parecen insistir algunos de mis críticos, entonces me declaro culpable. Me gusta ganar. No conozco otro camino. Lo llevo en la sangre.