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Sencillamente, no hay otra opción que ésta: o abstenerse de interferir en el libre juego del mercado, o delegar toda la gestión de la producción y la distribución en el gobierno. O capitalismo o socialismo: no hay término medio.
Sencillamente, no hay otra opción que ésta: o abstenerse de interferir en el libre juego del mercado, o delegar toda la gestión de la producción y la distribución en el gobierno. O capitalismo o socialismo: no hay término medio.