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  • La ciencia es impávidamente determinista y ha empezado a imponer su determinismo a la moral. Un día como mañana, un psicoanalista podrá demostrar que el perjurio no es más que una neurosis compulsiva, como marcar el tiempo con el pie en un concierto o contar las farolas de la autopista.

    H. L. Mencken (1924). “Prejudices Fourth Series”