-
Hay placer cuando se rasca una llaga, Pero estar sin llagas es aún más placentero. Del mismo modo, hay placeres en los deseos mundanos, pero estar sin deseos es aún más placentero.
Hay placer cuando se rasca una llaga, Pero estar sin llagas es aún más placentero. Del mismo modo, hay placeres en los deseos mundanos, pero estar sin deseos es aún más placentero.