Autores:
  • Cuando nos enfrentamos a obstáculos aparentemente insuperables en el cumplimiento de las responsabilidades justas, debemos recordar que cuando estamos involucrados en la obra del Señor, los obstáculos que tenemos ante nosotros nunca son tan grandes como el poder que hay detrás de nosotros. Debemos tender la mano y escalar. Los asideros sólo los encontrarán las manos que están extendidas. Los puntos de apoyo son sólo para los pies que están en movimiento.