Casi todos los estadounidenses tienen antepasados que desafiaron los océanos, amantes de la libertad y del riesgo en busca de un ideal: las mayores migraciones voluntarias de la historia. A través del Pacífico, a través del Atlántico, vinieron de todos los puntos cardinales -muchos pasaron por debajo de la Estatua de la Libertad- con miedo y visión, con dolor y aventura, huyendo de la tiranía o el terror, buscando refugio, y todos buscando esperanza... La inmigración no es sólo un vínculo con el pasado de América; es también un puente hacia el futuro de América.