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Aprende a amar la humildad, porque ella cubrirá todos tus pecados. Todos los pecados son repulsivos ante Dios, pero el más repulsivo de todos es el orgullo del corazón. No te consideres erudito y sabio; de lo contrario, todos tus esfuerzos serán destruidos, y tu barca llegará vacía al puerto. Si tienes gran autoridad, no amenaces a nadie con la muerte. Sabed que, según la naturaleza, también vosotros sois susceptibles de morir, y que toda alma se despoja de su cuerpo como de su última vestidura.