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¿Por qué habíamos venido a la Luna? La cosa se me presentaba como un problema desconcertante. ¿Qué espíritu hay en el hombre que le impulsa a alejarse para siempre de la felicidad y la seguridad, a trabajar, a ponerse en peligro, a arriesgarse incluso a una certeza razonable de muerte? Me di cuenta, allí en la luna, como algo que siempre debí haber sabido, que el hombre no está hecho para andar seguro y cómodo y bien alimentado y entretenido. ... en contra de su interés, en contra de su felicidad, se le empuja constantemente a hacer cosas irrazonables. Alguna fuerza ajena a él lo impulsa, y debe hacerlo.