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  • El hábito de aplazar siempre una experiencia hasta que puedas permitírtela, o hasta que sea el momento adecuado, o hasta que sepas cómo hacerlo es uno de los mayores ladrones de la alegría. Sé deliberado, pero una vez que te hayas decidido, lánzate.

    Charles R. Swindoll (1998). “The Tale of the Tardy Oxcart”, p.219, Thomas Nelson Inc