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Es tan ridículo ver a un golfista con un putt de un pie y todo el mundo diciendo "Shhh" y sin mover un músculo. Luego permitimos que chavales de diecinueve años se enfrenten a un tiro libre decisivo con diecisiete mil personas gritando.
Es tan ridículo ver a un golfista con un putt de un pie y todo el mundo diciendo "Shhh" y sin mover un músculo. Luego permitimos que chavales de diecinueve años se enfrenten a un tiro libre decisivo con diecisiete mil personas gritando.