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¡Qué alegría volver a sentir la tierra suave y elástica bajo mis pies, seguir caminos cubiertos de hierba que conducen a arroyos helados donde puedo bañar mis dedos en una catarata de notas ondulantes, o trepar por un muro de piedra hacia campos verdes que se revuelcan, ruedan y trepan con alegría desenfrenada!