-
Todo este conocimiento del mundo objetivo no tiene ningún valor en comparación con tener una pequeña visión del cielo interior y su belleza: sus amaneceres y puestas de sol, sus días y sus noches, su cielo azul y sus estrellas. Lo exterior no es más que un pálido reflejo de lo interior. Lo interior se hace más real y lo exterior se convierte en una mera sombra.