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Si las palabras de mando no son claras y nítidas, si las órdenes no se entienden bien, la culpa es del general. Pero si sus órdenes son claras y los soldados las desobedecen, la culpa es de sus oficiales.
Si las palabras de mando no son claras y nítidas, si las órdenes no se entienden bien, la culpa es del general. Pero si sus órdenes son claras y los soldados las desobedecen, la culpa es de sus oficiales.