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Si quieres ese espléndido poder en la oración, debes permanecer en unión amorosa, viva, duradera, consciente, práctica y permanente con el Señor Jesucristo.
Si quieres ese espléndido poder en la oración, debes permanecer en unión amorosa, viva, duradera, consciente, práctica y permanente con el Señor Jesucristo.