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A veces, cuando tu hijo habla, tus amigos no pueden entender lo que dice; pero la madre lo entiende muy bien. Por eso, si nuestra oración sale del corazón, Dios entiende nuestro lenguaje.
A veces, cuando tu hijo habla, tus amigos no pueden entender lo que dice; pero la madre lo entiende muy bien. Por eso, si nuestra oración sale del corazón, Dios entiende nuestro lenguaje.