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No podemos hablar a Dios con fuerza cuando no hemos vivido para Dios con fuerza. No se puede santificar el armario para Dios cuando la vida no ha sido santa para Dios.
No podemos hablar a Dios con fuerza cuando no hemos vivido para Dios con fuerza. No se puede santificar el armario para Dios cuando la vida no ha sido santa para Dios.