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El vicio, en su verdadera luz, es tan deforme, que nos choca a primera vista; y difícilmente nos seduciría, si no llevara al principio la máscara de alguna virtud.
El vicio, en su verdadera luz, es tan deforme, que nos choca a primera vista; y difícilmente nos seduciría, si no llevara al principio la máscara de alguna virtud.