-
Nuestra deshumanización del negro es entonces indivisible de nuestra deshumanización de nosotros mismos; la pérdida de nuestra propia identidad es el precio que pagamos por nuestra anulación de la suya.
Nuestra deshumanización del negro es entonces indivisible de nuestra deshumanización de nosotros mismos; la pérdida de nuestra propia identidad es el precio que pagamos por nuestra anulación de la suya.