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No desesperes de la vida. Sin duda tienes fuerza suficiente para superar tus obstáculos. Piensa en el zorro que merodea por el bosque y el campo en una noche de invierno en busca de algo para saciar su hambre. A pesar del frío y de los sabuesos y las trampas, su raza sobrevive. No creo que ninguno de ellos se haya suicidado jamás.