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Del padre de mi abuelo aprendí a prescindir de la asistencia a las escuelas públicas y a disfrutar de buenos maestros en casa, y a reconocer que en tales cosas se debe gastar el dinero con avidez.
Del padre de mi abuelo aprendí a prescindir de la asistencia a las escuelas públicas y a disfrutar de buenos maestros en casa, y a reconocer que en tales cosas se debe gastar el dinero con avidez.