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Todo ser humano tiene, como Socrates, un espíritu acompañante; y sabios son los que obedecen sus señales. Si no siempre nos dice lo que debemos hacer, siempre nos advierte lo que no debemos hacer.
Todo ser humano tiene, como Socrates, un espíritu acompañante; y sabios son los que obedecen sus señales. Si no siempre nos dice lo que debemos hacer, siempre nos advierte lo que no debemos hacer.