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Nos aferramos a nuestro propio punto de vista, como si todo dependiera de él. Sin embargo, nuestras opiniones no son permanentes; como el otoño y el invierno, van desapareciendo poco a poco.
Nos aferramos a nuestro propio punto de vista, como si todo dependiera de él. Sin embargo, nuestras opiniones no son permanentes; como el otoño y el invierno, van desapareciendo poco a poco.