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Nada puede compararse en belleza, y maravilla, y admiración, y divinidad misma, al trabajo silencioso en oscuras moradas de mujeres fieles que llevan a sus hijos al honor, la virtud y la piedad.
Nada puede compararse en belleza, y maravilla, y admiración, y divinidad misma, al trabajo silencioso en oscuras moradas de mujeres fieles que llevan a sus hijos al honor, la virtud y la piedad.