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La eternidad estaba en nuestros labios y ojos,
La dicha en la inclinación de nuestras frentes; ninguna de nuestras partes tan pobre
Sino que era una raza del cielo.
La eternidad estaba en nuestros labios y ojos,
La dicha en la inclinación de nuestras frentes; ninguna de nuestras partes tan pobre
Sino que era una raza del cielo.