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Lo más difícil de todo es aprender a ser un pozo de afecto, y no una fuente, demostrarles que les queremos, no cuando a nosotros nos apetece, sino cuando a ellos les apetece.
Lo más difícil de todo es aprender a ser un pozo de afecto, y no una fuente, demostrarles que les queremos, no cuando a nosotros nos apetece, sino cuando a ellos les apetece.