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  • La esperanza es la parte más sensible del alma de un pobre desgraciado; quien la suscita sólo para atormentarlo se comporta como los verdugos del Infierno que, según dicen, renuevan incesantemente viejas heridas y concentran su atención en aquella zona de ella que ya está lacerada.

    Sade (marquis de) (1965). “Selected letters”