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La primera [cualidad] que hay que nombrar debe ser siempre el poder de atención, de dedicar toda la mente al paciente sin interponer nada propio. Parece sencillo, pero sólo los mejores médicos lo consiguen plenamente. ... El segundo objetivo es la intuición. Parece imposible, porque ¿quién puede controlar ese pequeño monitor silencioso? Pero la intuición es sólo una interferencia de la experiencia almacenada y no recordada activamente. ... La última aptitud que mencionaré que debe alcanzar el buen médico es la de manejar la mente del enfermo.