-
Puede que los hombres no te crean, hijo mío. Pero siempre debes decir la verdad, cuando la verdad no entrañe peligro para ti o para los tuyos.
Puede que los hombres no te crean, hijo mío. Pero siempre debes decir la verdad, cuando la verdad no entrañe peligro para ti o para los tuyos.