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¡Oh sueño! ¡Oh dulce sueño! Suave nodriza de la naturaleza, ¿cómo te he asustado, para que ya no peses más sobre mis párpados y hundas mis sentidos en el olvido? ¿Por qué, sueño, duermes más bien en cunas humeantes, Sobre intranquilos jergones que te tienden, Y acallado por el zumbido de las moscas nocturnas a tu sueño, Que en los perfumados aposentos de los grandes, Bajo los doseles del costoso estado, Y arrullado con el sonido de la más dulce melodía?