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El mundo nunca estará mucho tiempo sin alguna buena razón para odiar a los infelices; sus faltas reales se detectan inmediatamente; y si éstas no son suficientes para hundirlos en la infamia, se añadirá un peso individual de calumnia.
El mundo nunca estará mucho tiempo sin alguna buena razón para odiar a los infelices; sus faltas reales se detectan inmediatamente; y si éstas no son suficientes para hundirlos en la infamia, se añadirá un peso individual de calumnia.