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¡Qué diablo eres, Pobreza! ¡Cuántos deseos -cuántas aspiraciones al bien y a la verdad-, cuántos pensamientos nobles, deseos de amor hacia nuestros semejantes, bellas imaginaciones has aplastado bajo tu talón, sin remordimiento ni pausa!
¡Qué diablo eres, Pobreza! ¡Cuántos deseos -cuántas aspiraciones al bien y a la verdad-, cuántos pensamientos nobles, deseos de amor hacia nuestros semejantes, bellas imaginaciones has aplastado bajo tu talón, sin remordimiento ni pausa!