-
Hemos sufrido innumerables males y crímenes en nombre de la Ley de la Tierra. Nuestros hombres, mujeres y niños no sólo han sufrido la brutalidad básica del trabajo precario y las injusticias más obvias del sistema; también han sufrido la desesperación de saber que el sistema atiende a la codicia de hombres insensibles y no a nuestras necesidades. Ahora sufriremos para acabar con la pobreza, la miseria y la injusticia, con la esperanza de que nuestros hijos no sean explotados como lo hemos sido nosotros. Nos han impuesto el hambre, y ahora tenemos hambre de justicia.